Tú al igual que yo y que muchos más seguramente has tenido días en los que sientes que “comenzaste con el pie izquierdo”, pareciera que nada sale como tú lo esperabas o deseabas; sientes tristeza, desesperanza, agotamiento, apatía y aunado a tu malestar emocional tienes un listado enorme de deberes y qué, como su nombre lo indica quieras o no tienes que hacer y por si fuera poco, también sientes cansancio e indecisión.
Conforme avanza el día pueden surgir situaciones que te hagan sentir mejor pero también puede haber otras que sean como “una piedrita en el zapato”. Así que, si no te detienes e identificas tu sentir (emocional y físico) y tratas de analizar que fue lo que te llevó a sentirte así, es posible que la sensación se intensifique. Recuerda que siempre habrá dos opciones, la primera de ellas es decidir no hacer nada y que sigas como estás o la segunda, hacer algo para cambiar el rumbo de tu día.
Sé que cuando estás en esta situación emocional no tienes ganas de nada, puedes sentir incluso que tus intentos serán en vano pero no hay forma de salir de donde estás si no lo intentas. El Dr. Héctor Salama propone una técnica para el control de las emociones no placenteras como ansiedad, tristeza, enojo, etc; le llama “el espiral” y consiste en el esfuerzo consciente de identificar nuestras emociones preferentemente desde su aparición para así poder evitar que incrementen.
Imagínalo así:
Estás parado, con tus brazos extendidos y las palmas de tu mano hacia arriba y en cada una de tus manos tienes un plato, lo más probable es que no tengas dificultad para sostenerlo, pero ¿qué pasaría si en lugar de uno son diez?, ¿sería más difícil mantenerlos en equilibrio? ¿Sería más cansado cargarlos? Y entonces a medida que vayas teniendo más carga menor será la posibilidad de mantenerlos en control hasta que finalmente se caen.
Así es con las emociones no placenteras, si no hacemos algo en cuanto surjan, irán incrementando su carga hasta que perdamos el control y como las astillas de los platos, salgan disparadas pudiendo lastimar a otros o a nosotros mismos.
Otras opciones que en lo particular me han ayudado son la psicoterapia, escuchar música, escribir y colorear. Aunque los caminos del bienestar son muchos (meditación, yoga, reiki, psicoterapia, grupos de apoyo) no hay nadie mejor que tú para elegir lo que te es funcional y seguramente cerca de ti hay un lugar que te puede acompañar en tu recorrido.
Y después de leer estas líneas, ¿decides cambiar o seguir como hasta ahora?